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Es argentino, de Villaguay, pidió apoyo económico a Florida para reparar su casa y se quedó en la calle: “Estoy desesperado”

diciembre 19, 2023

Juan Balbastro compró su casa hace 15 años y aun paga una hipoteca, pero duerme en un auto o donde puede desde que lo desalojaron para hacer arreglos que nunca comenzaron

Un argentino, residente de la ciudad de Hialeah, en el condado de Miami-Dade, vive una pesadilla tras pedir ayuda apara renovar su casa. El hombre adquirió su vivienda hace 15 años, pero en 2021 fue desalojado para que iniciaran las reparaciones que hasta el momento no se han terminado. Ahora, paga una hipoteca por un hogar que no puede

habitar.

Juan Balbastro, de 65 años, compartió su historia para El Nuevo Herald. Pidió ayuda al Departamento de Subvenciones en 2019, pero recién en la pandemia se le dio atención a su solicitud, en 2020. El hombre habitaba la casa en el 1060 West 53rd Terrace junto a su hija, Karla, de 33 años, y sus dos nietos, que en ese momento tenían seis y dos años. “Estuvimos un tiempo viviendo aquí, esperando a que la repararan, hasta que nos pidieron desalojarla para comenzar el trabajo, pero todavía no han hecho nada”, declaró Karla Balbastro.

El hombre trabaja como personal de seguridad en Miami Beach, tiene cáncer, diabetes y debe cubrir la hipoteca de la vivienda. “Pago US$2000 por la hipoteca de la casa sin poder habitarla. Cuando no hace tanto calor, duermo adentro en un colchón improvisado, pero muchas veces me toca dormir en el auto”, comentó. En 2021, cuando debió dejar su hogar, tenía la ilusión de regresar a una estructura mejorada.

“Estoy desesperado”: trabaja para pagar la hipoteca de una casa inhabitable

“En lo único que pienso es en poder dejarle esta casa a mi hija y a mis nietos, pero estoy deprimido, yo he trabajado mucho en mi vida y ahora no puedo ni vivir en la casa que compré”, dijo Balbastro al medio citado. Actualmente, la casa no tiene electricidad, ni agua y no pueden instalarla porque la ciudad de Hialeah la decretó como inhabitable.

 

 

“Estoy desesperado”, aseguró el argentino, que no entiende las razones por las que la ciudad lo ilusionó aceptando su solicitud para renovar su casa si no podían hacerlo. El apoyo es parte del programa State Housing Initiatives Partnership (SHIP), que proporciona fondos a los gobiernos locales para producir y preservar la propiedad de viviendas asequibles y multifamiliares, diseñado para atender a familias de ingresos muy bajos, bajos y moderados.

La concejal Angélica Pacheco, que apoya al hombre afectado y a su familia, aseguró que han pasado más de dos años y durante este tiempo ninguna reparación se ha hecho, por lo que la casa que sigue deteriorándose. “Cuando la ciudad aprobó los primeros US$100 mil para la reparación, se le pidió que desconectara los servicios de agua y electricidad y le proporcionaron una vivienda pública, pero de repente se le notificó que tenía dos días para mudarse porque tenía un gato”, señaló: “Ahora es prácticamente un indigente”.

El hombre explicó que en 2022 habitó una vivienda pública, pero fue desalojado cuando inspectores del edificio se dieron cuenta de que tenía gatos y que el lugar estaba desordenado. “Reconozco que fallé, que no estaba muy ordenada la casa, pero me dijeron que tenía 48 horas para limpiar e irme”. Los siguientes seis meses pagó US$1000 por una vivienda eficiente.

Una solución para su pesadilla de vivienda

La solicitud era para renovar la plomería de la casa, que estaba filtrándose en las paredes y el sistema eléctrico. Sin embargo, años después de la primera evaluación determinaron que las paredes tenían asbesto y plomo. Daniela Tamayo, directora interina del Departamento de Subvenciones, señaló para El Nuevo Herald que no están seguros de por qué se detuvo la petición de Balbastro.

La funcionaria también destacó que el monto máximo que se autoriza en estas reparaciones es de US$100 mil, pero en el caso de Balbastro el monto era mayor. De acuerdo con el medio citado, los concejales aprobaron el pago de US$336.923 para Vercetti Enterprises, LLC con el fin de reparar la propiedad del argentino.

LA NACION