El Gobierno del presidente Alberto Fernández puso a disposición de Uruguay una planta potabilizadora de agua móvil con una producción de 1.700 sachets de medio litro por hora y el desplazamiento de operarios para desarrollar la producción, para que el país vecino pueda sobrellevar la carencia de agua potable que lo aqueja desde hace semanas.
A través de una nota enviada el 4 de julio a la Cancillería uruguaya, el Gobierno argentino hizo la propuesta ante un pedido de la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, que solicitó ayuda para hacer frente a la crisis hídrica que afecta particularmente al área metropolitana de la capital.
Al ofrecimiento de la planta potabilizadora móvil, el Gobierno de Fernández sumó la posibilidad de enviar un buque de la Armada Argentina del tipo “Aviso”, equipado con una cisterna de 300 toneladas de capacidad de agua provista por AYSA.
Fuentes del Gobierno uruguayo confirmaron el ofrecimiento, pero aclararon que todavía no se ha tomado la decisión de cuándo utilizar la ayuda propuesta desde la otra orilla del Río de la Plata.
Desde el gobierno de Uruguay indicaron a Clarín que están en contacto con sus pares de Argentina por este tema, “viendo cómo evoluciona la situación”.
Por su parte, formalmente la Cancillería uruguaya afirmó a través de un escrito que “al tiempo de agradecer y aceptar dicho ofrecimiento, hace saber que en razón de la dinámica de la situación bajo permanente evaluación, hará conocer la oportunidad del mismo”.
Es que los últimos días trajeron noticias alentadoras para los sufridos vecinos montevideanos, que desde hace semanas han tenido que acostumbrarse a un agua con niveles más altos de salinidad y cloruro.
El Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet) publicó este viernes que el acumulado promedio de lluvias en la cuenca del Santa Lucía y Paso Severino desde el martes hasta hoy mostró un crecimiento de las cuencas por primera vez en más de un mes.
Según el Inumet, el acumulado promedio de lluvias en la cuenca del Río Santa Lucía en los últimos tres días fue de 37,5 mm. Además, en el mismo río pero cerca de la represa de Aguas Corrientes el acumulado fue de 40,5 mm, y en la reserva de Paso Severino fue de 39,2 mm.
El presidente de Obras Sanitarias del Estado, Raúl Montero, resaltó que esta es la primera vez que las cuencas crecen desde el 1° de junio, situación que calificó de “bálsamo” en medio de una crisis hídrica que ya puede calificarse de histórica.
El Gobierno uruguayo informó el martes último que sus reservas de agua potable están al 1,8% y que podrían acabarse dentro de 10 días, lo que ha obligado a buscar abastecimiento hídrico en el Río de la Plata a pesar de los elevados porcentajes de sal que contienen esas aguas.
Según el reporte oficial, en la represa de Paso Severino -que es la principal fuente de abastecimiento de agua dulce para la zona de Montevideo- quedan 1,1 millones de centímetros cúbicos de agua, de los cuales se utilizan 80.000 al día.
Un ofrecimiento para suavizar las tensiones
De acuerdo a lo informado, la carta que partió desde Buenos Aires con el ofrecimiento llegó a Montevideo el martes pasado, el mismo día en el que en Puerto Iguazú las relaciones argentino-uruguayas volvieron a mostrar la tirantez que ha sido su característica en los últimos años.
En la cumbre de los presidentes de los países del Mercosur, que se celebró el martes en esa ciudad de la provincia de Misiones, Alberto Fernández y Luis Lacalle Pou dejaron en evidencia que entre ambos gobiernos hay más diferencias que puntos de contacto.
El presidente uruguayo prefirió no firmar el documento conjunto que rubricaron sus pares de Argentina, Brasil, y Paraguay y redactó uno propio, planteando algunos leves diferencias con sus socios.
La principal diferencia que plantea Uruguay -que le ha granjeado el resquemor no solo argentino- es que quiere flexibilizar el estatuto constitutivo del Mercosur, de modo que cada país miembro pueda celebrar acuerdos comerciales bilaterales sin necesidad del consentimiento del resto de los países del bloque.
En una conferencia de prensa posterior al evento, el presidente Fernández cuestionó al gobierno uruguayo: “Uruguay tiene una mirada que viene sosteniendo el presidente (Luis) Lacalle Pou desde hace algún tiempo, que insiste y persiste en que los socios del Mercosur pueden negociar autónomamente y, de algún modo, expresa esa diferencia no firmando la declaración. Pero es una cuestión que conocemos”.
El otro tema que ha enfrentado sistemáticamente a ambos gobiernos es el de Venezuela y los derechos humanos. En la cumbre de Puerto Iguazú, Lacalle Pou reclamó -junto a su par de Paraguay, Mario Abdo- que el Mercosur se involucre para favorecer una solución democrática en el país caribeño.
“El Mercosur tiene que dar una señal clara para que el pueblo venezolano se encamine a una democracia plena que hoy no tiene”, dijo
