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QUE SE INVIERTA MÁS EN FLORES QUE EN SEGURIDAD MARCA LAS PRIORIDADES DE LA GESTIÓN MUNICIPAL

junio 16, 2021

Ya ha pasado un año y medio de la segunda gestión de Martín Piaggio, algo así como 550 días aproximadamente y es un buen momento para hacer un análisis de ese período y de la relación con la oposición que integramos.

Desde el comienzo de la pandemia desde el bloque de concejales mostramos espíritu colaborativo e intentamos conversar y acercarnos al intendente porque creímos que era la forma de sumar en momentos de tanta complejidad. Hasta el día de hoy estamos esperando. Entendemos que negar el diálogo entre fuerzas políticas no le suma a nadie y menos a la comunidad.

Como resumen podemos decir que este segundo mandato se ha caracterizado por no entender los momentos y las realidades de la gente. Es una gestión que se divorció del sentido común. Como ejemplos allí aparece que en los peores momentos de la pandemia propusieron discutir el nombre del Corsódromo, la obligatoriedad de la Fiesta del Pescado y el Vino y la compra de Puerta del Sol, entre otros temas.

Sin dudas este último ejemplo ha sido el más emblemático. Cuando la ciudad más precisó del Estado Municipal, el piaggismo estuvo enceguecido con la compra de la playa. Hasta hace un tiempo éramos “Ciudad de Todos”, pero realmente no se escuchó la voz mayoritaria de los vecinos frente a esta cuestión. Como si esto solo no alcanzara, se escondió información desde un primer momento y se terminó aprobando la compra en medio de la crisis socioeconómica y sanitaria más grande que se tenga memoria.

También ha sido un período teñido de falta de transparencia y de negación sistemática al acceso a la información pública. Hoy como comunidad seguimos esperando saber qué pasó con los pagos al cantante Axel por la cual se adelantaron casi 3 millones de pesos; no se dignan en contestar los pedidos de informes respecto del número de empleados municipales; nunca se esclareció el robo de dinero en el Ecoparque; hay una denuncia penal en curso por posibles hechos de corrupción en el manejo del Autódromo y los depósitos municipales como el del exfrigorífico son un agujero negro donde desaparecen las cosas.

Si nos asomamos al abordaje de la pandemia, el balance es malo. Desde un inicio quisieron sacar provecho político de una crisis sanitaria sin precedentes. El primer paso en falso fue aquella negativa caprichosa e insólita (llegaron a grabar videos) en contra del uso del tapabocas. Fuimos el hazmerreír de la región debido a que no se podía convalidar una idea que viniera de la oposición. Hoy el mundo promueve dicho uso y deja en ridículo aquellos protagonistas.

Después, la comunidad fue rehén de un enfrentamiento de poder entre autoridades provinciales y locales, por consecuencia del desplazamiento de la jefatura del Hospital del actual secretario de Desarrollo Social, Martín Roberto Piaggio.

Luego, en una acción sin precedentes en la historia de la ciudad, fue el intendente quien mandó a desbaratar una marcha legítima de los comerciantes. Les mandaron la policía por visibilizar un reclamo contra la gestión y tal vez sea la mancha más vergonzante de la gestión.

Lo anterior sólo puede quedar eclipsado con el Vacunatorio VIP. El haber inoculado a funcionarios, empleados y militantes antes que a la población de riesgo nos hizo virales en todo el país por un accionar insensible, inmoral y repudiable. Y como si eso fuera poco, días después el mismo Martín Roberto Piaggio, que vacunó a todo su entorno, se dio el lujo de decir públicamente que no tenían “nada que explicar”, como si ser funcionarios públicos los eximía de la responsabilidad de dar cuenta de las acciones de gobierno. Nada más en contrario: no manejan una despensa, administran los recursos del Estado, o sea de todos.

Para colmo, una vez que el piaggismo fue desplazado de la conducción del Hospital, el gobierno municipal -en represalia- eliminó las 6 postas febriles de los Centros de Atención Primaria de la Salud. Ellas descomprimían alrededor de 20 % a 30 % las consultas de febriles por consecuencia de la pandemia. Pero el egoísmo y la revancha pudieron más.

Asimismo, desde nuestro bloque advertimos que la segunda ola iba a llegar y que se debía de configurar un tipo de fondo Covid para paliar esta situación. Pero no lo consideraron necesario y hoy vemos el colapso del sistema sanitario que bien pudo haber sido auxiliado desde el Municipio.

Esta gestión también ha tenido otra característica palpable: un encono profundo contra el privado, sea comerciante, industrial o lo que sea. No han dado curso a ninguna de las medidas que ayudarían a disminuir el ahogo que vienen manteniendo. Ese rechazo visceral a la actividad privada no les permite ver que son los genuinos generadores de empleo y que de ellos depende que la Municipalidad les pague los sueldos a los más de 100 funcionarios actuales todos los meses.

Dentro de las negativas absurdas, puede contarse entre tantas, la oposición del oficialismo al Programa Conectate, que preveía que los 12 SUM (Salones de Usos Múltiples Municipales) contaran con acceso a Wifi libre y gratuito para estudiantes, docentes, y todos aquellos que quisieran hacer uso del mismo en una época donde la conectividad es esencial para el proceso de aprendizaje.

Otra deficiencia enorme de la presente gestión está dada por un desprecio enorme a la seguridad. No existe ni área, ni presupuesto, ni atención alguna a ese tema. Es obviamente un tema ideológico del kirchnerismo pero que termina repercutiendo en la sociedad.

Es más, hoy la Municipalidad considera mucho más importante la compra de plantines para los canteros y plazas que si roban o matan a un vecino. Ese es el nivel de las prioridades.

La política en sus diferentes niveles debe ser capaz de generar ciertos acuerdos básicos que permitan mejorar el día a día del vecino. Pero eso en Gualeguaychú mientras el oficialismo siga con esa actitud de sólo escuchar amigos, no se dará. La gente la está pasando muy mal y desde la soberbia es imposible construir algo mejor para todos. La profunda crisis social, económica y sanitaria con récord de pobres y de muertos no deja lugar para sectarismos y fanatismos. Es momento del sentido común y de escuchar a todos.

(*) Juan Ignacio Olano es presidente del Comité Departamental UCR Gualeguaychú.