Según el relato de la comerciante, el delincuente tenía la intención de robar en la carnicería del al lado, pero la dueña estaba con su hijo y se arrepintió. Es por esto que el malviviente decidió entrar a la quiniela y fingió querer jugar un número.
En un momento sacó el arma y amenazó a Natalia, a quien tomó del pelo y obligó a abrir las dos cajas registradoras que hay en el negocio, pero no quedó conforme con el dinero que había y la llevó a la parte de atrás para que abriera la caja fuerte donde estaba la recaudación.
Luego, la llevó al baño y le pidió que se levantara la remera, ante lo cual la comerciante le dijo: “No me hagas nada, tengo una hija chiquita”. Entonces, el sujeto la encierra y le dice que espere cinco minutos para salir.
“Esperé porque si estaba todavía en el local, seguro me volaba la cabeza. Entonces, al rato entra mi vecina de al lado gritando mi nombre y ahí salgo”.
El ladrón estaba con casco azul, equipo de gimnasia, tendría unos 30 años de edad y era bajito. La policía logró detenerlo y recuperó los 100 mil pesos, pero no la computadora que se llevó el delincuente.
“Quedé muy angustiada, nunca pensé que me iban a robar a la mañana. Es la primera vez que vivo este episodio de violencia. Me llama la atención con la tranquilidad que actúan. Actúan con tanta impunidad, hacen lo que quieren”.