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Ajuste del huso horario: especialistas analizan cómo afecta la calidad de vida

abril 14, 2024

Se propone retrasar la hora en la época de otoño-invierno. La última vez que se implementó un cambio del huso horario en Argentina fue en 2009.

Hace 10 días, el diputado nacional Julio Cobos presentó un proyecto de ley con el objetivo de modificar el huso horario de Argentina para mejorar la eficiencia energética y el rendimiento escolar.

Si bien se trata de una práctica estacional implementada por numerosos países del mundo para maximizar el aprovechamiento de la luz solar y reducir el consumo de energía eléctrica, y la Argentina formaba parte de esta tendencia, desde 2009 dejó de ajustarse la hora a nivel nacional y se mantuvo la misma sincronización tanto en la temporada primavera-verano como la de otoño-invierno.

Cabe recordar que cada país acomoda su propio huso horario para mantenerse alineado con la Hora Universal Coordinada (UTC), que en el caso del territorio argentino mantiene su huso horario en UTC-3 desde el año 1969, aunque se reconoce que correspondería al UTC-4 según estándares internacionales, lo que genera diversos inconvenientes.

En este marco, el proyecto de Cobos busca establecer como hora oficial el huso horario de -4 horas al Oeste del meridiano de Greenwich, y durante el verano se propone cambiar temporalmente al huso horario -3.

Lo que se hizo hasta el 2009 fue implementar un “horario de verano”, que solía extenderse desde noviembre o diciembre hasta febrero o marzo, adelantando los relojes para ajustarse al huso horario -2. Pero durante el último cambio de huso horario, que ocurrió entre octubre de 2008 y marzo de 2009, Argentina adoptó el huso horario -2, excepto para 13 provincias que permanecieron en el huso -3.

En tanto, hoy la propuesta es de retrasar 60 minutos el huso horario nacional durante el otoño e invierno busca optimizar los recursos energéticos y aprovechar más tiempo de sol a la mañana, pero esto reavivó el debate sobre cómo la luz solar afecta el reloj biológico del cuerpo humano.

Sobre este punto, UNO consultó al doctor Luis Larrateguy, especialista en Clínica Médica en Paraná, Medicina Respiratoria y Medicina del Sueño, quien señaló que en otoño-invierno “retrasar el huso horario es mejor que adelantarlo”, y explicó: “Es mejor para nuestro organismo tener luz de mañana, ya que funcionamos con los ritmos circadianos, que son las oscilaciones de las variables biológicas en intervalos regulares de aproximadamente 24 horas. La temperatura corporal, la secreción de hormonas como la melatonina, el cortisol, la testosterona, la hormona de crecimiento, la vasopresina, entre otras, tienen ritmo circadiano”.

En este marco, advirtió: “La alteración en la secuencia u orden de los ritmos circadianos tiene un efecto negativo a corto plazo, como pasa en el jet lag (un trastorno temporal del sueño que ocurre cuando el reloj interno del cuerpo no está sincronizado con un nuevo huso horario) cuando se hace un viaje de largas distancias, atravesando varios husos horarios o cambios en los horarios de verano-invierno. Esto a mediano plazo pueden desencadenar desórdenes neurológicos como los trastornos del sueño del ritmo circadiano, y otros psiquiátricos, como el trastorno afectivo estacional y el trastorno bipolar”.

Sobre los beneficios que tiene para las funciones del cuerpo el hecho de aprovechar más la luz solar, el experto precisó: “El ciclo vigilia-sueño debe ser correcto, por eso es necesario dormir de noche para que se produzcan otros ritmos biológicos como la secreción de hormona de crecimiento en niños y adolescentes, fundamental para su correcto desarrollo, la replicación del ADN que se hace de noche y la liberación de mediadores químicos cerebrales necesarios para la actividad diurna; además de aprovechar el sueño profundo para ´guardar´ la memoria del día”.

Por eso, recalcó: “Es útil retrasar el reloj en invierno, cuando necesitamos más luz durante el día, siempre que se adapten los horarios laborales y escolares a ello”. Y aclaró que “la adaptación dependerá de esos cambios en los horarios, porque seguir despierto hasta muy tarde con luz artificial altera el sueño y los ritmos biológicos”.

Sobre este tema, el médico neurólogo Alejandro Guillermo Andersson, director del Instituto de Neurología Buenos Aires (INBA) coincidió en que es mejor retrasar una hora en vez de adelantarla: “Cuando adelantan la hora resulta en una pérdida de una hora de sueño y esto desajusta temporalmente los ritmos circadianos, en cambio, atrasar la hora proporciona una hora adicional de sueño y se tolera más fácilmente”, manifestó a Infobae, y afirmó: “Hay que tener en cuenta que en la medida en que el cambio de horario permite estar expuesto en los momentos de actividad a más luz, va a repercutir en mejorar el estado de ánimo y la energía; en cambio, en la medida en que se vive más de noche, se está más predispuesto a tener menos energía o a deprimirse”.

Huso horario actual

Acerca de por qué la hora oficial que rige actualmente en la Argentina es el Tiempo Universal Coordinado menos 3 horas (UTC-3) y no UTC -4 (que es lo que corresponde), Larrateguy señaló que “así lo indica el artículo 1° de la Ley 26.350 del año 2007, vigente a la fecha”, y precisó: “Desde el año 2010 hasta hoy se ha utilizado la misma hora en todo el territorio y no se ha aplicado el horario de verano. Desde mediados del siglo XX, en que se establece en UTC-3, Argentina es uno de los países en los que la hora oficial no es la que indica el huso horario que le corresponde por su posición geográfica. En verdad deberíamos volver al huso horario de la Argentina, que es la UTC-4, que es el ´viejo´ horario de invierno”.

Acerca de esta cuestión, explicó: “Buenos Aires, como siempre marcando el ritmo del país, no está de acuerdo con esto porque oscurecería alrededor de las 17, durante plena hora de actividad, lo cual generaría un incremento de nivel sobre las curvas de carga al anochecer, produciéndose una mayor demanda de energía. Por ello, se deberían modificar los horarios laborales y escolares”.

Sobre la importancia del sueño adecuado, aseguró: “Durante la noche debemos lograr al menos que un 20% del sueño sea el llamado ´sueño profundo´, ya que es cuando las neuronas se sincronizan y esto está en directa relación con la esperanza de vida. Dormir menos equivale a vivir menos. Deberíamos cambiar nuestros horarios laborales y escolares para no terminar tan tarde, utilizar mejor las horas del día con luz solar”.

“¿Porque tratamos de utilizar la energía solar para hacer funcionar nuestros equipos eléctricos y no para que nuestro cuerpo funcione mejor? Deberíamos volver al huso horario UTC-4 y permanecer en él todo el año, modificando nosotros nuestras costumbres”, reflexionó por último.

Por Vanesa Erbes