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PARANÁ – Pasa a propiedad pública el predio donde descansó Belgrano

junio 28, 2022
El ejemplar es patrimonio histórico y cultural y se estima tiene más de 400 años. Tratarán dictamen a la aceptación del inmueble para propiedad municipal.

El inmueble donde se encuentra emplazado el algarrobo negro donde acampó el general Manuel Belgrano en 1810, en su paso por Paraná en expedición hacia el Paraguay, pasará a ser de propiedad pública. Ello se debe a la donación de Carmen Inés Morard, propietaria del predio ubicado en calle Ameghino 398, del barrio San Agustín.

La propuesta fue formalizada a través de una iniciativa legislativa presentada por el concejal Sergio Granetto, que había ingresado al Concejo Deliberante. La semana pasada, la aceptación de la donación sin cargo al Estado municipal tuvo dictamen favorable por parte de la comisión de Legislación del cuerpo.

Y según confirmó será tratada y aprobada en la próxima sesión –prevista para esta semana–, ya que al dictamen favorable se suman los avales de distintos informes técnicos de áreas del municipio.

El traspaso y la propiedad pública admitirá, en el futuro, la posibilidad de que el municipio disponga un comodato. Ello porque eventualmente, se puede dar prórroga a la posibilidad que se extienda esa figura jurídica para que los actuales ocupantes del terreno, que han cuidado el árbol, puedan seguir haciéndolo, por ejemplo.

Precisamente, porque la ordenanza autoriza al Departamento Ejecutivo Municipal (DEM) a otorgar en comodato el inmueble, con expreso cargo de cuidado del árbol histórico y protegido.

La propuesta legislativa plantea la trascendencia para el patrimonio cultural e histórico del algarrobo negro donde acampó Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano.

El ejemplar se encuentra protegido por disposición municipal ordenada mediante Decreto N° 408/1965, dictado por el entonces intendente don Maximiliano Aldazoro, por iniciativa de don Juan Manuel Jozami, quien en ese momento se desempeñaba como director de Bosques del municipio.

Fundamentos

“A lo largo de los años, la especie, cuyo nombre científico es ProsopisNigra, Ibope Para (guaraní) Jana Tacu (quechua), y se encuentra ubicado dentro de una vivienda en el barrio La Floresta, –frente a la comisaría quinta–, ha sido conservada por iniciativa de vecinos, con colaboración del Estado Municipal, y en particular por los distintos propietarios del inmueble”, se fundamenta en el pedido.

La especie se pudo conservar en buen estado, y es por eso que actualmente, tanto los ciudadanos paranaenses como así también de otras partes del país, pueden seguir apreciando un ejemplar único de algarrobo de más de 400 años de edad.

Respecto a quienes lo han cuidado, en el pedido se recuerda que las familias que habitaron el inmueble, como la familia Silva, –según lo señalado en expediente Nº 639/2020 del Concejo Deliberante–, lo han cuidado durante aproximadamente 60 años.

A través de la Ordenanza N° 8.200 del año 1999, el Concejo Deliberante reconoció el valor del ejemplar y la actividad desplegada por la familia “a los efectos de su mantenimiento, por lo que dispuso la condonación de la deuda existente del inmueble en ese momento propiedad de don Carlos Silva, y exime al inmueble del pago de la Tasa General Inmobiliaria hasta tanto existan las condiciones establecidas en la norma para su otorgamiento. Es decir, hubo una continuidad legislativa en la línea de protección del algarrobo histórico, versa el proyecto de ordenanza.

La donación por parte de la propietaria actual del inmueble es darlo sin cargo ni afectación alguna al municipio.

Tomaron intervención avalando la iniciativa, áreas como la Dirección de Catastro Municipal y la Administración Fiscal Municipal, la Dirección General de Escribanía Municipal, el área del Vivero Municipal, que incluso en su detalle técnico precisan que se hizo una inspección de la especie y su entorno, en que se menciona que el árbol “sigue vegetando satisfactoriamente, y que el momento de la inspección se encontraba con mucho follaje e incluso ha fructificado. Asimismo sugieren que, por su valor histórico, vale la pena realizar el esfuerzo por salvarlo, sugiriendo varias acciones de apuntalamiento, no solo para proteger el árbol sino también las construcciones allí existentes, poniendo en valor el lugar”.

(UNO)