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Con ventas presenciales, el sector comercial de Paraná mejoró el ánimo

mayo 13, 2020
Poder abrir las puertas de los locales impulsó un mayor movimiento, aunque muy por debajo al que se registraba previo a la cuarentena

Hoy se cumple una semana desde que los comercios de Paraná fueron autorizados a reabrir sus puertas, tras decretarse el aislamiento social, preventivo y obligatorio para frenar el avance del coronavirus en el país.

Si bien previamente la mayoría podía ofertar de manera online sus productos y enviarlos al domicilio de los compradores con un cadete, la demanda fue mesurada y la modalidad funcionó más en algunos rubros que en otros.

Ahora se atiende al público de 11 a 18 de lunes a viernes, y los sábados de 8 a 13, cumpliendo un estricto protocolo que incluye la obligación de usar máscaras o barbijos tanto para los vendedores como para los clientes, la utilización de alcohol en gel, la desinfección constante de los muebles, el respeto de la distancia social y el ingreso de una cantidad limitada de personas, entre otros puntos.

Coincidiendo con la fecha en que muchos asalariados, beneficiarios de planes sociales y del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) –entre otros– están cobrando y circula más gente en la zona céntrica de la capital entrerriana, los referentes de los negocios de la Peatonal y sus inmediaciones ya advirtieron un leve repunte.

Marcelo Ruggeri, encargado de dos locales de venta de calzados en este sector de la ciudad, contó a UNO: “Este es un rubro que cuando se inició la venta online estaba muy quieto, porque el calzado, al igual que la indumentaria, es muy difícil poder venderlo de esta forma, ya que hay que probarlo, ver los modelos y colores; entonces nos pasábamos todo el día mandando fotos y las ventas eran muy pocas. Tal vez online vendíamos cinco productos y ahora vendemos 50”.

Sobre este punto, aclaró: “Por suerte con el local abierto viene gente, muchos están circulando a la siesta y viendo que están los negocios abiertos entran a comprar. Desde que abrimos se incrementó muchísimo la demanda, y si bien estamos muy lejos de la normalidad a la que estamos acostumbrados, estamos conformes”.

Según comentó, la mayoría de los compradores paga en efectivo, cuando antes se usaba más la tarjeta de débito o de crédito. “Es una cuestión que llama la atención”, admitió.

Consultado sobre lo que más se está vendiendo, entre risas y sin dudarlo señaló que las pantuflas están teniendo una gran demanda estos días, y observó: “Junto con las zapatillitas para chicos, es lo que más piden; incluso fue lo más requerido cuando hacíamos venta online. Y justo cuando arrancamos no teníamos pantuflas, porque se interrumpió la venta en marzo y todavía no había empezado a entrar esta mercadería. Afortunadamente a los dos días de volver a abrir llegó un pedido y ahora que las pantuflas están en la vidriera y la gente pasa, se vende muy bien. El precio oscila entre los 600 y los 800 pesos, para hombre o mujer”.

Ruggeri explicó que no hay abastecimiento normal en el rubro por el tema del transporte, que está medio complicado, y además porque las fábricas no tenían stock, ya que para la temporada de invierno no alcanzaron a producir y están vendiendo lo que tienen. “Por ejemplo, en pantuflas se está consiguiendo lo que estaba hecho; no están haciendo nuevas para satisfacer la demanda actual”, dijo.

Asimismo, señaló: “También es cierto que hay mucha mercadería que necesitaríamos reponer pero no hay fondos para eso, porque los negocios estuvieron cerrados. Ahora empezamos despacito a cumplir con los compromisos: primero los sueldos, después los alquileres y los servicios, así que reponemos lo más urgente. Aparte uno no sabe qué se va a vender, porque ya habíamos recibido la línea de temporada de botinetas y eso, que en realidad está más apuntado para salir, y de eso la gente no pide nada”.

Daniel Luna, propietario de una tienda en la cortada Chile, frente al shopping La Paz, coincidió en que “las ventas presenciales mejoraron respecto a lo que se vendía por Internet” y evaluó: “En nuestra experiencia no habíamos tenido suerte y tampoco estábamos preparados, porque no contábamos con una página web armada, aunque sí disponemos de las redes sociales. Ahora estamos diseñando igual una plataforma para que los clientes tengan la comodidad de comprar desde su casa, porque creo que hay mucha gente que lo hace, es lo que se viene y además nos da la posibilidad de expandirnos para vender en la provincia prendas que no haya en otras localidades, y entonces está bueno también”.

Además de cumplir con el protocolo, en su local invitan a los clientes a concurrir según la terminación del número de documento. “Pedimos el DNI y tenemos un registro de las personas que entran, por si hay algún inconveniente. Ya que nos dieron al posibilidad de abrir, tenemos que cumplir con el protocolo, porque es importante”, remarcó.

Como los barbijos también se aggiornaron a la moda, es un producto que en su caso sumó a su oferta, por ahora para hombres, pero planea traer coquetos tapabocas para damas también. “Vamos trayendo de a poquito, porque el mes que no abrimos nos endeudamos y hay que empezar a hacer girar la rueda otra vez”, confió, y comentó que actualmente lo que más está vendiendo son camperas y suéter de hombre y de mujer, ruanas, pañuelitos para el cuello, y “ahora que viene el frío muchas mantas, mantones, chalinas”. Al respecto, afirmó: “Antes capaz elegían al jean, ahora buscan el sweter fino de lanilla, o los buzos y demás”.

“No sabemos qué va a suceder después, porque mucha gente no ha cobrado su sueldo y en su casa ha gastado mucho, porque se come más, se mira TV todo el día, y eso suma. Nosotros vamos despacito, creo que se va a ir reactivando de a poco, con una nueva forma de comercializar sobre la que debemos ir aprendiendo día a día. Falta solo un mes para el Día del Padre y ya hay ofertas e importantísimos descuentos para dinamizar las ventas para esa fecha”, aseguró, con visible optimismo.

Yanina Ortiz, propietaria de una librería y juguetería de la Peatonal, también opinó que en su rubro les fue un poco mejor que con la venta online y sostuvo: “Es difícil vender por Internet, sobre todo a la gente mayor, que es nuestro público principal. Se complicaba con esta modalidad, porque el cliente prefiere ver, tocar y apreciar en persona el producto que desea comprar”.

No obstante, con las puertas ya abiertas de su local, expresó: “De todas maneras las ventas están totalmente caídas si las comparamos con el tiempo anterior a la cuarentena. No estamos vendiendo lo que deberíamos para afrontar los gastos fijos y demás”.

“Pueden ingresar tres personas como máximo, según la superficie, y de este modo también se hace más lenta la atención”, estimó, y contó que por el momento no tienen promociones. Sobre esto explicó: “Es porque no tenemos precios de nada y está muy difícil la venta. En Buenos Aires por ejemplo ahora no está liberada la fabricación y tampoco la entrega de juguetes y no sabemos a qué precio van a salir cuando se habilite, sobre todo en los importados, porque un dólar alto siempre repercute mucho. Además se suspendieron todas las ferias presenciales del juguete y estamos viendo qué va a pasar, porque antes para esta altura del año nosotros ya teníamos todo comprado para el Día del Niño”.

Que no haya clases presenciales tampoco ayuda a que las librerías reviertan la baja demanda. “La gente compra solo algunas cosas, como biromes o mapas, pero la mayoría de las cosas las resuelve en forma virtual y no necesita tanto el papel. Por ahí alguna resma si imprimen las carpetas, pero ya no compran por ejemplo papel glasé, plasticola, lápices, sino que se arreglan con los que tienen en la casa”, dijo, y aseveró: “Estoy vendiendo más juguetes para entretener a los más chiquitos, o libros para pintar, e inclusive para adultos mayores que están en la casa también compran muchos juegos de mesa, mandalas, crucigramas”.

Betiana Curiotti, presidenta de la Cámara de Comerciantes del Microcentro de Paraná, también es propietaria de una librería y juguetería y concordó en que se nota una mayor demanda de juguetes y manifestó: “Juguetes estábamos vendiendo bien, sobre todo juegos de mesas, incluso de manera online. Ahora tenemos ambas modalidades: por Internet y presencial. Y cosas de librería también llevan porque los chicos buscan hacer actividades. Van acompañadas ambas cosas, pero se nota que la gente se cuida al comprar, porque en muchos casos sabemos que hay reducción de salarios. Vamos a estar complicados un tiempo porque no hay recursos”.

En este marco, comentó: “Sé que el rubro indumentaria y calzado mejoraron mucho ahora en comparación con lo que era la venta online, porque a ellos se les complicaba un poco más y ahora con los locales abiertos venden más”.

Por último, adelantó que desde la Cámara se reunieron el lunes para armar una nota solicitándole al intendente Adán Bahl la apertura de los comercios una o dos horas antes, y concluyó: “Hay un montón de gente que viene a los bancos, se desocupa a las 9 o 10 de la mañana, y se quedan dando vueltas esperando a que abran los negocios. Así que esperamos poder abrir más temprano”.

(Uno)